¿Cómo sé si mi perro es dominante?
Por Vet. Gabriela Quesada
Es habitual escuchar expresiones como «mi perro es el dominante» o «es el perro alfa», frente a un animal con ciertos rasgos agresivos o impulsivos.
Es importante aclarar que la dominancia no es un rasgo del temperamento del perro, sino que la relación, el vínculo que se establece entre dos perros posibilita que un perro sea dominante con respecto a otro que a su vez será el subordinado. Esta interacción puede presentarse con otro perro o miembro de la familia, ya que también puede tratarse de una persona, tanto un adulto como un niño.
El comportamiento de un perro como dominante o sumiso, dependerá de diferentes factores como el sexo, la edad, el estado reproductivo, la raza, el temperamento, su estado sanitario, etc. y es muy frecuente observar que un perro puede tener prerrogativas de dominancia frente a otro individuo en un contexto determinado, pero mostrarse como subordinado en una situación diferente.
Mediante la observación se puede determinar qué perro es el que generalmente tiende a comportarse como dominante en función a los diferentes encuentros con otro perro o persona y el resultado de estas interacciones.
La importancia de este vínculo Dominante-Subordinado es que permite que todos los individuos del grupo puedan acceder a los recursos como puede ser comida, refugio, etc. de manera efectiva y controlada y no necesitar acudir a enfrentamientos y peleas cada vez que deban alimentarse o refugiarse.
Esta forma de organización recibe el nombre de jerarquía social y cada individuo ocupa un lugar definido dentro del grupo. Esta jerarquía se establece por medio de señales corporales como levantar o bajar las orejas, levantar la cola, erizar el lomo, optar por una postura baja, y también a través de vocalizaciones como los gruñidos o ladridos, dependiendo el caso.
Es fundamental qué como dueños de perros conozcamos y comprendamos la manera que tienen nuestras mascotas de comunicarse para evitar accidentes por mordedura o ataques, que muchas veces son muy graves.
Por lo tanto no es necesario recurrir a castigos físicos ni someterlos para educarlos, lo cual suele empeorar el problema, así como tampoco es correcto el término “perro dominante” o la situación “me atacó sin motivo”
La consulta veterinaria temprana con el cachorro o mejor aún, antes de tener un perro, comunica y enseña a la familia la manera correcta de educar a nuestra mascota, así como también es esencial consultar ante la presencia de los primeros indicios de que el orden jerárquico no es estable, como el gruñir o mostrar los dientes.
Respetando el orden social y el lugar que ocupa cada miembro como también conocer el lenguaje canino, permitirá que el vínculo entre perros o entre perros y personas sea estable y asertivo, asegurando el bienestar y la salud de todo el grupo.
Vet. Gabriela Quesada Mat. 751
Diplomada en Etología Clínica canina y felina